El escritor de la memoir, Alonso de Contreras, cuenta riéndose como una vez vio a un artillero holandés ser impactado por una bola de cañón en la cara. Su cabeza se hizo añicos, y los hombres a su alrededor fueron regados con la pulpa de su cerebro y piezas de hueso. Uno de estos fragmentos le dio en la nariz a un marinero. La nariz estaba chueca de nacimiento, y el pedazo de hueso la enderezó, para la alegría del marinero y la sorpresa y risa de todos. (Siglo XVII)
Quiero que todos recuerden que esta sociedad es la que inventó la novela picaresca.
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